Hoy 23 de diciembre se celebro el derby de España e Italia, en el de España con un gol de Baptista, el Real Madrid logro la victoría sobre el equipo azulgrana, mientras k en Italia el Inter sorprendió al Milán dandole una voltereta al marcador:
Barcelona VS Real Madrid
0-1
España se vistió de blanco
Real Madrid venció 1-0 a Barcelona y cerró el año en lo más alto de la liga.Un gol de Baptista desmontó la escasa capacidad de Barcelona y permite a Real Madrid irse de vacaciones navideñas con siete puntos de ventaja sobre los azulgrana y poner tierra de por medio en la Liga. No les hizo falta a los de Bernd Schuster demasiado virtuosismo para llevarse la victoria y conquistar el simbólico campeonato de invierno, porque el Barcelona, que había ganado todos los partidos disputados esta temporada en el Camp Nou, en Liga y en ‘Champions’, firmó un partido plagado de dudas. La apuesta de Rijkaard, con Ronaldinho de titular, no le dio resultado y su equipo firmó un ejercicio de impotencia, de querer y no poder frente a un rival muy serio, muy contundente en defensa, muy poderoso en el remate, pero con poco fútbol. Rijkaard entendió que era un partido ideal para Ronaldinho, pero el holandés se equivocó. Su estrella es una sombra de lo que fue, que solo aparece una de cada diez veces. El problema de los catalanes, sin embargo, no fue Ronnie, sino su incapacidad para poner en marcha sus automatismos, especialmente en la creación. Deco no estuvo preciso, Xavi, tampoco; Touré Yayá cumplió destruyendo y sólo Iniesta tenía las ideas claras. Además, a Eto’o no le llegó ni un sólo balón en condiciones. Real Madrid lo tuvo más fácil. Schuster le dio una pincelada de seguridad a su equipo con la entrada de Heinze por Marcelo, pero Real Madrid nunca fue conservador. Con una defensa adelantada, una media presionante y el instinto goleador de la pareja Raúl-Van Nistelrooy. La fiabilidad defensiva de unos y otros se impuso. Demasiada imprecisión, mucho respeto y apenas llegadas a la meta contraria. De hecho, los blancos se acercaron dos veces en el primer tiempo, las mismas que los azulgrana, la diferencia estuvo en la puntería, el Madrid acertó, el Barça no. El Madrid llegó por primera vez con una jugada a balón parado. Sacó Sneijder y remató en plancha Pepe (m.12). El partido no acababa de arrancar y los de Rijkaard, tampoco. De hecho, los locales no se acercaron a la meta de Casillas hasta el minuto 30, en una jugada que el portero aguantó primero la acción ante Eto’o y después la de Iniesta. Notó el Barça la ausencia en el juego del albaceteño, Iniesta lo vio, abandonó un poco la banda, buscó protagonismo y lo encontró. En una acción por la derecha, Iniesta sirvió al segundo palo, no llegó Eto’o y Ronaldinho empalmó, Casillas, en el m.34, salvó a su equipo. Pero cuando el Barça creía más en sus posibilidades, en una contra (m.36), Real Madrid resumió lo que mejor sabe hacer este año: crear una jugada de gol prácticamente de la nada. En cuatro toques: dos de Raúl y una pared entre Van Nistelrooy y Baptista; los blancos se adelantaron en el marcador. La resolución del brasileño fue espectacular, con el exterior del pie batió a Valdés con un tiro a la escuadra, un tanto que desmontó el ánimo del Barça, justo cuando su fútbol empezaba a crecer después de un dubitativo inicio. En el segundo tiempo, Real Madrid volvió a vivir de su solidez defensiva y de su pegada en ataque. Rijkaard movió ficha con la entrada de Giovani por Deco en el minuto 58. Antes Robinho pudo decidir y a partir de entonces, el partido se convirtió en un encuentro de ida y vuelta. Baptista, Robinho y Van Nistelrooy, a la contra, apuntaron en un par de acciones, el 0-2 parecía más cerca que el empate, porque el Madrid dominaba sin agobios. Sólo Iniesta emitía alguna señal en positivo por parte del Barça, pero no era suficiente. El último cartucho de Rijkaard fue Bojan Krkic, a ocho minutos para el final, pero ya era demasiado tarde, aunque el joven delantero remató a puerta en el 84, cuando su equipo ya apelaba a la heroica. Real Madrid ganó por más diferencia de la que refleja el marcador, logró el simbólico campeonato de invierno, se convierte en el primer equipo que gana en el Camp Nou en Liga en 24 meses, se escapa al frente de la tabla con siete puntos de ventaja e inundan de dudas al Barça.
Inter VS Milán
2-1
Vuela con ayuda
Con un arbitraje espantoso del señor Morganti, Inter ganó un clásico ante Milan que hasta debió haber perdido y así mantiene la ventaja en la punta.
El Inter, con los goles de Julio Cruz y Esteban Cambiasso, remontó al ventaja inicial del Milan, conseguida de tiro libre por Andrea Pirlo, y se quedó con el clásico de la ciudad de Milán.
Con este resultado, el Inter suma 43 puntos y mantiene 7 unidades de ventaja respecto a la Roma y 8 sobre la Juventus. El Milan, por su parte, con tres partidos para recuperar, suma 18 puntos y ocupa junto a Parma y Lazio la doceava posición.
El resultado no fue correcto: el Milan fue más que los primos y quizá hasta el empate le hubiera quedado chico. Una vez más, en este torneo, el arbitraje acabó siendo decisivo en el triunfo nerazzurro, en este caso de manera casi escandalosa. El señor Morganti cobró sistematicamente en favor del local, permitió un juego muy físico y violento, favoreciendo evidentemente el estilo de los nerazzurri, y además, con el Milan en ventaja, no cobró un penal realmente clamorosoo que hubiera implicado también la expulsión de Cambiasso, autor de la falta sobre Kaká.
En suma, un bochorno. Así y todo, el Milan jugó algo mejor y estuvo a punto, en el final, de alcanzar el empate, pero el Inter se defendió ordenadamente y Morganti despejó todos los peligros cobrando sistemáticamente en favor de los defensores.
El primer tiempo fue muy intenso y sumamente divertido: ambos jugaban a cara abierta y lo único negativo era la cantidad de faltas y de jugadas violentas. El Milan tenía el control del balón, con su clásico estilo de juego asociado, el Inter trataba de aprovechar su potencia ofensiva con los largos pelotazos para Ibrahimovic y Cruz.
La faltas al final cobraron peaje: Córdoba lo bajó a Inzaghi en el borde del área y Pirlo ejecutó un tiro libre perfecto, tenso y con comba por arriba de la barrera, inatajable. Ese fue el mejo momento del Milan, que pocos minutos después debería haber cerrado el trámite: Kaká se mandó una serie de amagues en el área, al punto de que Samuel se lesionó tratando de seguirle el «paso», Cambiasso se cayó y, desde el piso, con la mano le agarró el tobillo al brasileño.
Un penal solar, que además requería la expulsión de Cambiasso por la clara ocasión de gol y la voluntariedad de la falta. Pero Morganti se quedó mirando y ahí realmente cambió el partido, máxime porque un minuto después el referí cambió un tiro de esquina del Milan por un saque lateral del Inter (increíble, realmente) y, en ese cambio de frente, Cruz la aguantó entre tres y sacudió un zurdazo violento al primer palo, estampado un lindísimo empate.
En suma, en pocos minutos se pasó del poible cierre del partido al empate: hay que entender el impacto psicológico de lo que pasó en los jugadores del Milan y, de hecho, hasta el final de la etapa los rossoneri desaparecieron de la cancha. En el complemento, con los ingresos de Gilardino, Emerson y, luego de pocos minutos, de Serginho, el Milan tomó otra vez la iniciativa y anduvo merodeando el área rival.
Pero el destino había decidido por un desenlace polémico: Cambiasso cortó con falta un avance de Pirlo (una agarrada también muy evidente) y, en el cambio de frente, la pelota le volvió al mismo Cambiasso, quien despachó un zurdazo violento pero central. De manera increíble, Dida se lanzó hacia el lado equivocado y la pelota pasó debajo de sus piernas extendidas, un «pato» monumental.
De ahí en adelante el Milan se lanzó hacia adelante y, si bien tuvo que dejarles espacios al Inter (ingresó Suazo para tratar de aprovecharlos, quizás un poco tarde), no sufrió grandes peligros y creó por lo menos tres jugadas claras de gol, un violento zurdazo de Kaká que Julio César logró desviar al córner, un remate de Nesta en jugada de tiro de esquina y una atropellada de Ambrosini quien, de cara al arco, pifió de manera increíble la pelota. Por encima, en la jugada había un penal también muy evidente sobre Gilardino.
En esta fase también fue decisiva la tarea del señor Morganti, por lejos el mejor defensor del Inter y la figura negativa de la cancha: Materazzi debió ser expulsado dos veces por doble amarilla y el juego violento y físico favoreció claramente a quien debía destruir y perjudicó a quien trataba de jugar.
Vía ESPNDeportes
-EduardroG91